Erikas Plucas se encontró un bebé alce de dos semanas en la puerta de su casa, estaba indefenso y hambriento así que lo cuidó y avisó a los cazadores de la zona para que no le hirieran.
Cuando se hizo lo suficientemente mayor, volvió a su hábitat natural, pero todos los días vuelve con su cuidador para jugar con él.
Increíble la memoria de los animales, aunque a veces la ignoremos 😋
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